sábado, 2 de abril de 2011

Taller de yoga

¡Aprendemos a relajarnos con el yoga!

El yoga tiene efectos muy beneficiosos en los niños, además de aportarles fuerza, concentración, movilidad y elasticidad les ayuda a relajarse y a aprender a controlar su propio cuerpo.


Lo primero que tenemos que hacer antes de comenzar a dar las clases, es conocer la sala donde vamos a trabajar. En primer lugar, no puede haber colgado en la pared ningún elemento que pueda distraer a los alumnos. Por ello, intentaremos que las paredes sean lisas; para que los niños tengan un punto de referencia al que mirar, situaremos detrás de nosotros un círculo de cartulina de color. En segundo lugar, debemos buscar dos espacios para que los niños mantengan el orden: uno donde dejen sus zapatos y otro donde dejen sus mochilas de yoga.


Antes de comenzar me gustaría dar varias recomendaciones:


• No utilizar inciensos con niños tan pequeños, ya que no están acostumbrados a este tipo de olor y pueden distraerse o marearse.

• Brindar cariño a los niños para que no se sientan excluidos.

• Los niños deben ir al baño antes de empezar las clases.

• Las cuatro primeras clases son vitales para instaurar un vínculo con el alumno.

• La palabra ‘no’, no existe, siempre tenemos que felicitar el trabajo de los niños.

• La clase tiene que seguir una estructura que debe ser respetada. Esto da seguridad a los niños porque saben lo que viene después. Un ejemplo de estructura puede ser la siguiente: saludo inicial, postura, ejercicios respiración o de foco, relajación, envío de la paz, saludo final.


Pues bien, nuestro taller se va a dividir en tres partes:

1. La primera parte, la dedicaremos a fortalecer los conocimientos en cuanto a postura y conciencia física del movimiento. Es muy importante que los niños conozcan las partes de su cuerpo y sepan distinguir sus extremidades izquierdas de las derechas. Por esta razón, las primeras sesiones los alumnos llevarán una pulsera en la muñeca derecha.

2. En la segunda parte, incorporamos dentro de la clase algunos ejercicios de respiración.

3. En la tercera parte, introduciremos ejercicios de focos y concentración.


A modo de ejemplo presentamos, a continuación, tres posturas que podemos realizar con los niños y las niñas:


EL ÁGUILA


Se trata de una postura que desarrolla la concentración y la atención, fortalece los músculos de las piernas y elimina tensiones de los hombros. Para realizarla diremos al niño/a que se imagine que es un águila que está posada sobre las rocas de una montaña contemplando el prado.


EL GUERRERO


Esta postura es ideal para fortalecer las piernas, la espalda e abrir el pecho. Para realizarla pediremos a los niños que se imaginen que son unos guerreros que han salido victoriosos de una batalla y por ello alzan sus espadas.


LA SEMILLA CRECIENDO



Este ejercicio te ayuda a mantener una postura corporal correcta y a controlar los músculos. Para realizarla, los niños tendrán que ponerse de cuclillas y hacerse un ovillo como si fueran una pelotita con los ojos cerrados. Tendrán que imaginarse que son unas semillas enterradas debajo de la tierra esperando con tranquilidad la llegada de la primavera. Lentamente, la semilla empieza a desarrollarse manteniendo las manos sobre los ojos, levantando la cabeza y los hombros y estirando las piernas. Poco a poco se irán levantando imaginando que son un brote que sale de la tierra y crece hacia el sol. En el momento en que el brote sale de la tierra, estirarán lentamente los brazos por encima de la cabeza, abrirán los ojos, inhalarán profundamente y exhalarán un largo ‘ahhh’.



Aunque muchos de vosotros penséis que el yoga no puede funcionar con niños tan pequeños porque carecen de concentración, os puedo asegurar que cuando realicéis varias sesiones notaréis un cambio impresionante de orden y atención. Os dejo un vídeo de una clase de yoga encontrado en youtube para que veáis que lo que digo es cierto:



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